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Mostrando entradas de mayo, 2013

Mamá Gude

Me balanceó en la silla como imagino que te balancearías tú en una mecedora en medio del patio al lado del guayabo frente a un lavadero enlamado Tú, eras como el pedestal la vertebra central la piedra de la iglesia las raíces fuertes que rompen la banqueta Y cuando moriste se murió todo la casa el guayabo los gatos nuestra familia Recuerdo el olor de la sopa tus manos delgadas en mi cabello el tono enérgico de tu voz tu pequeñez el amor que se ocultaba en tus manos fuertes o en tus ojos cuando nos mirabas desde la silla Abuela olor a guayaba el aroma del jabón que usabas el bálsamo de tu recuerdo.....

Bookmark VIII

Pocos libros, en realidad muy pocos me han dejado con una sensación de confusión agradable. Sentir que estoy leyendo algo magnífico pero difícil de comprender. Farabeuf, de Salvador Elizondo es uno de ellos, hace una conjunción del erotismo, tortura, medicina, lo corporal y lo místico. Los narradores jóvenes deberían de leer a Elizondo antes de darse infulas de estar descubriendo un género o el hilo nuevo de la narrativa erótica.