La primera vez que vi y escuché a Montserrat fue en la presentación de su segundo poemario, Áureo , editado por el sello editorial Esperpento . Supongo que la calidez con la que presentó su libro fue la que me hizo invitarla a colaborar en la etapa primigenia de lo que hoy es Revista Moria , la publicación que edito. Desde ese día, Montserrat y yo hemos colaborado en un par de proyectos, además de compartir distintos gustos y concepciones literarias.